<strong>Un árbol por la vida: sembrando árboles en recuerdo de personas fallecidas por Covid-19</strong>

Un árbol por la vida: sembrando árboles en recuerdo de personas fallecidas por Covid-19

<strong>Un árbol por la vida: sembrando árboles en recuerdo de personas fallecidas por Covid-19</strong>

Un árbol por la vida: sembrando árboles en recuerdo de personas fallecidas por Covid-19

Nota por: Daniel Arroyo Zúñiga e Irene Prada Murillo

La pandemia por Covid-19 ha representado afectaciones en múltiples pilares para la existencia humana. La crisis humanitaria experimentada a raíz de la pandemia ha hecho a las personas más conscientes de los procesos de la vida y la muerte, mediante una exposición a duelos de diversa índole (por separaciones entre seres queridos, fallecimientos, pérdida de empleos, entre muchos otros). A su vez, ha ocasionado que las personas enfrenten estos retos en aislamiento alejándose de la posibilidad de estar acompañados por una comunidad que les brinde soporte. Se suman sentimientos de impotencia y absurdo ante una situación que sobrepasó las posibilidades individuales de afrontamiento y creación de sentido vital (Adams, 2020; Bland, 2020; Farr, 2020). 

Las muertes ocasionadas por contagio de Covid-19 fueron uno de los desencadenantes de dichas afectaciones en los pilares de la existencia humana. Sin haber alcanzado por completo el primer año de pandemia la cantidad de vidas perdidas a causa del coronavirus superaba el millón (Center for Systems Science and Engineering at Johns Hopkins University, 2020); para el 2021 la cifra aumentó a los 3 millones (Johns Hopkins University & Medicine, 2021). En el caso de Costa Rica, las cifras de personas que se habian contagiado del virus ascienden a 528 por cada 100 mil habitantes con un total aproximado de 904 mil casos. Para el año 2022 habían fallecido en el país 8525 personas por el coronavirus (La República, 2022). 

A causa de las muertes causadas por el coronavirus, son múltiples las personas y familias que han vivido procesos de duelo, el cual es una reacción humana habitual cuando se produce una pérdida de un ser querido. La palabra duelo proviene de la palabra dolor y se asocia con los verbos doler, sufrir y penar. De tal forma, el duelo se caracteriza por reacciones fisiológicas, psicológicas y espirituales retadoras ante una pérdida que suelen ir disminuyendo con el paso del tiempo. El proceso de duelo involucra una transformación o resignificación de los lazos con la persona fallecida para enfrentarse al dolor de la pérdida. Por lo general, las personas cercanas al fallecido experimentan una sensación de vacío que puede verse exacerbada por una falta de respaldo social, circunstancias traumáticas del fallecimiento, muerte repentina, falta de conciencia previa de la muerte y que la muerte ocurra en un hospital o unidad de cuidados intensivos (Bermúdez, Falla y Gómez, 2022; Escobar, 2021). Puede identificarse fácilmente que muchos de estos agravantes han estado presentes durante el periodo de pandemia por Covid-19. 

La pandemia ha modificado tanto el proceso de muerte como de duelo. Comúnmente, el proceso de muerte por enfermedad se experimenta desde el apoyo y acompañamiento de la persona que se encuentra en cama. Por el contrario, la pandemia estuvo determinada por órdenes de distanciamiento social generando condiciones de aislamiento. Esto impidió que las personas pudieran despedirse de sus seres queridos de una forma que pudieran ayudarles a transitar la pérdida. Por otra parte, los actos fúnebres, los cuales resultan de gran relevancia para sobrellevar el proceso de duelo individual y comunitariamente, se vieron modificados por las restricciones sanitarias e institucionales. Esto es de especial relevancia ya que el proceso de resignificación de muerte suele generarse en compañía de otras personas que empatizan con el dolor de la pérdida. Por otra parte, la posibilidad de desarrollar adecuadamente los ritos para “decir adiós” disminuye la carga emocional del fallecimiento. Como consecuencia se ha visto un aumento en la complicación del duelo la cual consiste en una prolongación del sufrimiento por la muerte que ocasiona enojo, desencanto, emociones dolorosas, preocupación, pensamientos intrusivos, disfunción en actividades cotidianas y comportamientos evitativos (Jordan et al., 2021). 

Si bien los fallecimientos por coronavirus y las experiencias asociadas de duelo han sido sumamente dolorosas, es posible retomar múltiples acciones que permitan a las personas resignificar la muerte y sobrellevar este sufrimiento. Hay que entender que el proceso de duelo es único para cada persona y por lo tanto no existe una receta única para atender el duelo. La primera clave es justamente atenderlo y esto implica tiempo, espacio, compasión y paciencia. Otra clave es aceptar que el duelo implica un proceso de dolor. Una tercera clave es comprender que el dolor no hay que llevarlo en solitario o en aislamiento, el apoyo familiar, de amigos o de profesionales de la salud mental son buenas compañías en momentos difíciles. De forma breve se pueden describir una serie de recomendaciones (Worden, 2018) que pueden permitir experienciar cada vez menos dolor o que transformen este dolor en una experiencia más llevadera:

  1. Permitirse experienciar y sentir las emociones negativas.
  2. Buscar apoyo en otros.
  3. Encontrar sentido en la pérdida.
  4. Dar tiempo y paciencia.
  5. Encontrar formas para recordar a los seres queridos.

El recuerdo de las personas queridas puede permitir colocar en un nuevo lugar a las mismas, con un nuevo significado y nuevas emociones. Una forma de recordar es utilizando elementos materiales exteriores con significado literal o metafórico (Schwartz-Borden 1992 citado en Worden, 2018). La naturaleza es una fuente inimaginable de sentido, conexión y potencial metaforico que puede permitir  la expresión, relajación y sublimación del duelo (Lin, Lin y Li, 2014). Una de las facilidades que la naturaleza brinda son los árboles; seres majestuosos, longevos, hermosos y sabios. Los recuerdos de una persona se pueden depositar en la siembra de un árbol que su vida puede trascender varias generaciones humanas. 

Las personas en duelo se reúnen en un espacio verde con sus árboles seleccionados para la siembra. Se medita sobre la pérdida, palea tierra de manera cooperativa para generar un espacio suficiente para el árbol y plantaron un árbol por ejemplo una microcarpa de cítricos (las “bendiciones doradas”). Los lugares al aire libre son un lugar de curación natural. Los jardines de duelo brindan un entorno en el que las personas en duelo pueden no solo sanar, sino también crecer a través del duelo (Wolfet, 1996) al promover la salud de la siguiente manera (Chang, 2009 cittado en Lin, Lin y Li, 2014): (a) una sensación de control y acceso a la privacidad; (b) apoyo social; (c) movimiento físico y ejercicio; y (d) acceso a la naturaleza.

Por lo tanto, el Jardin Botanico Jose María Orozco tomó iniciativa en esta práctica  inspirándose en la iniciativa Healing Trees (//healingtrees.org/) movimiento colaborativo global que promueve la unión de la sociedad para honrar a las personas que han fallecido a causa del Covid-19 a través de la siembra de más de 5 millones de árboles alrededor del mundo (Healing trees, 4 de Febrero del 2022. Mediante actividades como esta, se hace tangible la relación inseparable entre las personas y el planeta; como muestra del respeto por las víctimas del virus y del compromiso con las generaciones futuras. Queremos unir a la sociedad en la siembra de árboles, pero también en su cuidado para garantizar que tendrán una larga vida.

Referencias

Adams, W. (2020). COVID-19’s Fierce Subversion of Our Supposed Separateness: Cultivating Life With and For All Others. Journal of humanistic psychology 60(5), 690-701. DOI: 10.1177/0022167820938910

Bermúdez, M. P., Falla, L. S., Gómez, J. N. (2022). Significados atribuídos desde las estrategias de afrontamiento a la experiencia de duelo a partir de la pérdida de un ser querido por Covid-19 [Tesis de Grado, Universidad de Santo Tomás Colombia]. https://repository.usta.edu.co/bitstream/handle/11634/44070/2022mariabermudez.pdf?sequence=7

Bland, A. M. (2020). Existential Givens in the COVID-19 Crisis. Journal of Humanistic Psychology, 60(5), 710–724. https://doi.org/10.1177/0022167820940186

Center for Systems Science and Engineering. (2020). COVID-19 Dashboard by the Center for Systems Science and Engineering (CSSE) at Johns Hopkins University (JHU). https://gisanddata.maps.arcgis.com/apps/opsdashboard/index.html#/bda7594740fd 40299423467b48e9ecf6

Escobar, C. (2021). Abordaje del duelo en la situación Covid-19: Una revisión sistemática. Blanquerna, Universidad de Ramon Lull. https://www.recercat.cat/bitstream/handle/2072/450326/TFM%20(Cristian%20Escobar).pdf?sequence=1

Healing Trees (4 de febrero de 2022). ¿Que es Healing trees?[Pagina Web]. accesado el 22 de marzo del 2023 en https://healingtrees.org/2022/02/04/que-es-healing-trees/

Johns Hopkins University and Medicine. (2021). COVID-19 Dashboard by the Center for Systems Science and Engineering (CSSE) at Johns Hopkins University (JHU). https://coronavirus.jhu.edu/map.html

Jordan, T. R., Wotring, A. J., McAfee, C. A., Cegelka, D., Wagner-Greene, V. R., Polavarapu, M., & Hamdan, Z. (2021). The COVID-19 pandemic has changed dying and grief: Will there be a surge of complicated grief? Death Studies, 1–7. doi:10.1080/07481187.2021.1929571 

Farr, P. (2021). In This Moment, We Are All Dr. Rieux: COVID-19, Existential Anxiety, and the Absurd Hero. Journal of Humanistic Psychology, 61(2), 275–282. https://doi.org/10.1177/0022167820937504

Redacción la República. (31 de mayo del 2022). Covid-19 Costa Rica: 904.934 casos confirmados al 30 de mayo de 2022. LaRepública. https://www.larepublica.net/noticia/casos-covid-19-costa-rica

Worden. W. (2018). Grief Counseling and grief therapy.  Springer.

Lin, Y.,J., Lin C.,Y. y Li, C. (2014) Planting Hope in Loss and Grief: Self-Care Applications of Horticultural Therapy for Grief Caregivers in Taiwan, Death Studies, 38(9),p. 603-611, DOI: 10.1080/07481187.2013.820231